Cambiar para crecer: dile adiós a tu zona de confort

Hemos oído muchas veces acerca de la zona de confort, ese espacio mental en donde todo permanece estático, nada cambia y tenemos una ilusión de control que nos permite relajarnos y quedarnos quietos disfrutando de esa seguridad.

No parece un mal sitio para descansar de las preocupaciones diarias y dejarnos llevar por una rutina tranquilizadora que organice nuestra vida, ¿verdad?

¿Cuál es tu sitio favorito de tu casa? ¿Tu habitación, con una cama cómoda y tus armarios hechos a medida? ¿El salón, con ese sofá chaise long y tu televisión de 70 pulgadas? ¿Tu cocina, equipada con los mejores electrodomésticos?

Todos parecen sitios cómodos y agradables, y sin embargo, tenemos claro que no sería sano ni satisfactorio pasar las 24 horas del día en uno de esos espacios, día tras día…

Lo mismo pasa con nuestra zona de confort mental. Somos animales de costumbres y la rutina nos ayuda a simplificar nuestra vida y darnos estabilidad, pero este espacio, con el tiempo, nos resulta cada vez más pequeño y asfixiante, porque mientras nosotros nos atrincheramos en él, el mundo a nuestro alrededor cambia y evoluciona.

El cambio es lo único que permanece constante

Nacemos, crecemos, elegimos una carrera, una pareja, tenemos hijos o no, redefinimos nuestros proyectos vitales… Cada ciclo de nuestra vida se cierra antes de que podamos entrar al siguiente, y aunque el cambio nos dé miedo o nos provoque frustración, es lo único que nos permite avanzar.

Sin cambios, no hay evolución. Sin dejar atrás aquello que conseguimos en el pasado no podremos conseguir nada mejor en el futuro.

En el sector inmobiliario, si acaso, los cambios provocan aún más vértigo. Decidir cuándo es el momento correcto para dejar de ser asesor en una agencia a montar tu propia empresa, pasar de un modelo de negocio de nota de encargo abierto a trabajar en exclusiva… todo esto requiere un salto de fe para el que muchos no se sienten preparados.

No hace falta dejarlo todo de un día para otro; puedes ir dando pasos para ir afianzando tu objetivo, y sobre todo, debes evaluar constantemente si lo que estás haciendo te llevará a las metas que quieres conseguir.

Lo único que no puedes hacer es quedarte quieto.

Si piensas que no moverte de tu zona de confort respetando tus rutinas te permitirá tener el control de tu vida, piensa en cómo han sido estos dos últimos años a nivel mundial.

La pandemia nos arrojó sin contemplaciones fuera de nuestro espacio seguro y de pronto nos vimos imposibilitados para llevar a cabo nuestras actividades como acostumbrábamos, incluso las más sencillas como ir a comprar o hacer deporte.

Hay que estar siempre alerta. La zona de confort no debe convertirse en un sofá en donde languidecer, sino en un trampolín para tomar impulso y conseguir nuestros objetivos.

El autoengaño del “si pudiera”

Si pudiera captar más propiedades este mes, si pudiera convencer a mis clientes de ajustar el precio del inmueble, si pudiera ganarme su confianza para que me firmaran un contrato de exclusiva…

Cada vez que decimos este tipo de afirmaciones, tanto en voz alta como para nosotros mismos, lo que estamos haciendo es preparar con anterioridad el terreno para el fracaso.

Decir “si pudiera” nos exime de responsabilidad, nos hace sentir menos culpables. Le estamos diciendo a nuestro cerebro que NO somos capaces de hacerlo, así que realmente, no vale la pena intentarlo. Y el cerebro, por supuesto, se lo cree.

¿Qué es lo que necesitamos hacer para conseguir nuestras metas?

No es decir “si pudiera”, es afirmar, con seguridad, “puedo”. Puedo captar más propiedades, puedo convencer a mis clientes, puedo conseguir mis objetivos. Puedo hacer una serie de cosas para tener el éxito que deseo y merezco.

Cuando nos acostumbramos a decir “puedo” en lugar de “si pudiera”, algo cambia en nuestra manera de abordar los problemas. Ya no hay excusas ni plazos que nunca llegan, ni circunstancias externas que nos condicionen. Podemos hacer las cosas… ¡y las hacemos!

Cuando lo peor que te puede pasar es lo mejor que te puede pasar

Dicen los expertos en negocios americanos que la única forma de llegar al éxito es haberse arruinado no una, sino tres veces. Hombres poderosos como Elon Musk y Bill Gates tuvieron que experimentar el fracaso en más de una ocasión para conseguir el tan ansiado éxito.

Un negocio fallido, una decisión equivocada, una inversión poco rentable no son el fin de nuestro proyecto, sino que pueden convertirse precisamente en la lección que necesitábamos aprender para consolidarlo y verlo prosperar.

Fracasar en un negocio puede ser justo lo que necesitamos para triunfar en el siguiente. Para ello siempre será necesario atrevernos a salir de nuestra zona de confort y hacer cosas que probablemente no nos habíamos planteado hacer hasta ese momento.

Fuera de la zona de confort nos volvemos más productivos, más creativos, nos atrevemos a abordar las tareas con una nueva actitud más optimista y refrescante. ¿Hacer un Tiktok explicando cómo se hace una valoración, cuando nunca nos ha gustado posar delante de una cámara?

¿Proponer a nuestros clientes compradores firmar un contrato de personal shopper inmobiliario y dedicarnos en cuerpo y alma a encontrar la propiedad de sus sueños? Todo vale para encontrar nuevas y mejores formas de conseguir nuestras metas.

¿Quieres saber más sobre cómo salir de tu zona de confort para crecer profesional y personalmente? Te dejo aquí la entrevista que le hice a Mayca Luna, CEO Gerente de Lluna Llar y responsable de obra nueva en Qualis.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Comparte:

Buscar
Ser agente inmobiliario

Empieza tu carrera profesional con RE/MAX Urbe II y consigue vivir de por vida como agente inmobiliario.

Últimos Podcasts

Lo último del blog

Scroll al inicio