Entrenar cada domingo o ir al gimnasio es ideal para tu buena salud física y mental, pero llegan los JJ.OO. y te maravilla ver a los atletas exhibiendo sus capacidades en competiciones que duran desde pocos minutos hasta horas enteras, y entonces asumes que estás muy lejos de ellos en todos los sentidos.
Cada uno de estos atletas ha entrenado durante años, con jornadas extenuantes y condiciones difíciles, y ha perseverado hasta llegar a la cima, lo que nos causa admiración y hasta a veces, un poco de envidia.
Pero todos entendemos que sus resultados son fruto de un esfuerzo constante que la mayoría no estamos dispuestos a invertir porque el Alto Rendimiento no es para cualquiera.
Haciendo un paralelismo con nuestra profesión, se puede ser agente inmobiliario de diversas maneras, y cada uno de los compañeros que trabajan en el sector tiene un estilo y una dedicación diferentes.
Algunos son empleados por cuenta ajena con horarios regulares y retribución más o menos modesta, otros trabajan como colaboradores de franquicias con ingresos más altos, pero trabajando más horas y algunos más han dado el salto a la apertura de sus propias oficinas.
Afortunadamente para los que nos dedicamos al negocio inmobiliario, no requerimos como condición indispensable haber estudiado una carrera afín como arquitectura, economía o leyes, ni haber renunciado a hacer una vida fuera de una oficina desde muy temprana edad.
De hecho, cantidad de compañeros han llegado a esta profesión tras haber dedicado muchos años a desempeñar otra previamente. Sin embargo, para llegar a niveles de rendimiento profesional de «atleta», no puedes seguir haciendo lo mismo siempre y empezar a hacer cosas extraordinarias.
¿Alto rendimiento o adicción al trabajo?
Existe la tentación de confundir alto rendimiento con incapacidad de desconectar del trabajo, porque desde fuera sólo vemos a dos tipos de personas trabajando mucho y centrados en su negocio, pero en realidad son dos fenómenos completamente distintos.
- Workohólico: hace más horas que un reloj día tras día, resolviendo asuntos urgentes sin pausa ni descanso, pero llegará a final de año sin haber progresado de forma significativa para conseguir sus metas.
- Inmobiliario centrado en el alto rendimiento: se enfoca en centrarse durante un período específico en tareas de alto valor para conseguir la libertad financiera y mental a la que aspira a medio o largo plazo.
No se trata de trabajar de sol a sol sin conciliar tu vida profesional con la profesional, ni de sacrificar tus momentos de descanso detrás de un ordenador calculando plusvalías. Lo que necesitas es un plan sólido y bien pautado para, por medio de un esfuerzo constante y comprometido, pero limitado en el tiempo, conseguir resultados que se salgan de lo ordinario.
¿Cómo consigo el crecimiento exponencial?
Aunque el Alto Rendimiento no es para cualquiera, el crecimiento profesional en general se da principalmente de dos maneras,complementarias pero no sustitutivas una de la otra:
- Lineal, que dibuja una línea ascendente que hace el promedio de los altibajos de tu trabajo cotidiano y que va construyendo poco a poco tu éxito.
- Exponencial, que marca momentos específicos en donde la línea se dispara gracias a un cambio de estrategia, y que ayuda a establecer una nueva normalidad desde la cual poder volver a desarrollar el crecimiento lineal estable.
Es ahí donde entra el alto rendimiento, necesario para romper con la inercia de lo cotidiano y catapultar tus logros. Con este crecimiento desarrollas un «músculo» empresarial que permanecerá contigo en el futuro para ayudarte a seguir haciéndote cada vez más grande.
¿Cómo puedo llegar a ser profesional de alto rendimiento?
- Logrando una gestión certera y eficaz del tiempo: debería ser tu prioridad absoluta porque cada momento planificado te ahorrará dudas en la ejecución de las tareas y te ayudará a evitar la procrastinación. Horarios específicos para llevar a cabo cada tarea, priorizar ciertas rutinas, eliminar distracciones… todo sirve para optimizar tu recurso más valioso.
- Renunciando a la gratificación instantánea: no perderte tu serie favorita, quedar con amigos, hacer otro tipo de actividades fuera de lo profesional… Durante el tiempo que entrenas para conseguir tu crecimiento exponencial, debes comprometerte con la rutina del alto rendimiento. Menos pantalla y más tareas que te acerquen a tus objetivos.
- Aceptando tus debilidades: sólo reconociendo la fuerza que hay en tu flaqueza podrás iniciar el camino ascendente hacia el éxito. No puedes ir siempre con una sonrisa plastificada puesta, y derramando frases de filosofía positiva. Dedica momentos a la reflexión y al recogimiento y acumularás fuerzas para seguir con tus esfuerzos al día siguiente –pero sin caer nunca en el victimismo.–
- Rodeándonte de quienes vibran en tu misma frecuencia: pégate a quienes llevan ya buena parte del camino recorrido y de quienes puedas aprender. No cuestiones sus métodos ni sus enseñanzas. Si están en la cima es por algo que ellos saben… y que tú estás a punto de descubrir. De la misma forma, niégate a escuchar o estar cerca de personas que te roban la energía y que no te dejan avanzar.
- Renunciando al plan B: concéntrate en lo que tienes entre manos y dedícale todas tus energías. Si estás preocupado por los seguros que tienes que vender o las clases de inglés que tendrás que impartir, nunca darás el salto necesario para apostarlo todo a la carta ganadora.
- Cuidando de tu salud física y mental: si lo has hecho bien, en tus horarios habrá tiempo para hacer ejercicio, dormir las ocho horas que necesitas y comer de forma tranquila y reposada, sin renunciar además a tu tiempo de socialización tan necesario para tu salud emocional.
¿Crees que el alto rendimiento es para ti? El Alto Rendimiento no es para cualquiera, pero descúbrelo en la entrevista que le hice a José Ortega, coach de Mente Inmobiliaria, y atrévete a poner en práctica todos sus consejos. ¡Que la disfrutes!
¡Juntos impulsaremos tu éxito!