Desde que las sociedades dejaron de ser nómadas, buscar un sitio seguro, cómodo y estéticamente agradable para vivir se convirtió en una prioridad. Los pueblos empezaron a configurarse alrededor de los ríos y los bosques que podían proveerlos de comida, agua y material para construir sus refugios.
Y ahora tenemos rascacielos, grandes avenidas, problemas para encontrar plaza de aparcamiento… ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué hemos ganado y qué hemos perdido por el camino?
¿El actual modelo inmobiliario es sostenible? Y sobre todo, ¿cúal es el impacto del desarrollo inmobiliario en nuestra sociedad? ¿Cuáles son los retos y las responsabilidades que recaen en un agente inmobiliario?
De Roma a Nueva York, cuatro modelos inmobiliarios
Desde la antigüedad, el sector inmobiliario ha sido un factor importante en la vida humana. En la antigua Grecia y Roma, la propiedad de tierras y propiedades era una medida de riqueza y poder, y era un privilegio reservado a los ciudadanos libres.
Las propiedades pasaban de generación en generación y el agente inmobiliario de la época redactaba, al igual que ahora, los contratos para que todas las cláusulas quedaran especificadas y fuera respetadas por ambas partes.
Sin embargo, durante la Edad Media, la propiedad de la tierra pasó a estar en manos principalmente de la nobleza y la Iglesia, y el modelo del feudalismo se constituyó como el estándar de crecimiento inmobiliario, limitando aún más las posibilidades del pueblo llano –ya no esclavo, pero igual de servil– de poseer aquella tierra que trabajaban o vivían, siempre en manos de sus señores.
En la época moderna, el modelo inmobiliario comenzó a cambiar de manera significativa. Con la Revolución Industrial, hubo un gran crecimiento en la población y la urbanización, lo que llevó a un aumento en la demanda de viviendas y propiedades inmobiliarias.
Se empezaron a construir casas para alquilar o vender a personas que necesitaban un lugar para vivir o trabajar, lo cual creó grandes monopolios y abusos pero por primera vez dio la oportunidad al ciudadano modesto de tener una vivienda que pudiera llamar suya.
Durante el siglo XX, el modelo inmobiliario cambió de forma definitiva, porque el nuevo estándar para todos los ciudadanos fue tener una vivienda, en propiedad o alquilada que pudiera utilizar de forma privativa.
Aunque el hacinamiento en las grandes ciudades con la recuperación económica tras las guerras mundiales dio pie a que las condiciones de vivienda fueran en general desastrosas.
La idea de trabajar y prosperar para tener una casa caló en la población y promovió la construcción y el desarrollo de grandes complejos habitacionales, que pudiera proporcionar viviendas asequibles apoyándose en la alta densidad y la construcción de edificios de apartamentos, lo que ha llevado a una urbanización aún mayor, que gozamos –o padecemos– a fecha de hoy.
La industria inmobiliaria, motor económico de la sociedad
Pareciera que el papel del sector inmobiliario se reduce sólo a hacer posible que las propiedades cambien de manos de la manera más rápida, eficaz y sin conflictos, pero lo cierto es que su influencia se extiende a todos los niveles de la economía, especialmente al del el mercado de trabajo.
El sector inmobiliario es un importante empleador, tanto directa como indirectamente, que echa mano de contratistas, arquitectos, ingenieros y trabajadores de la construcción para poder desarrollarse. Además, el sector inmobiliario también tiene un impacto en otros sectores, especialmente el sector bancario.
Por un lado, otro de los puntos de impacto del desarrollo inmobiliario tiene que ver con la mejora de las condiciones de la calidad de vida de los clientes. Las nuevas viviendas y edificios son cada vez más seguros, cómodos y eficientes energéticamente, porque los clientes así lo demandan.
También tiene un impacto en la seguridad y la salud pública. Los edificios y las propiedades inmobiliarias deben cumplir con ciertos códigos y regulaciones de seguridad para garantizar que sean seguros para las personas que viven en ellos.
Es papel de los inmobiliarios asegurarse de que sus propiedades en cartera cumplen con todos los estándares de calidad antes de ofrecerlas al mercado.
Pero no es oro todo lo que reluce, el desarrollo inmobiliario también puede tener consecuencias negativas, siendo quizás la peor todo aquello que afecte al medio ambiente, especialmente si se construyen promociones en áreas sensibles o de gran valor natural.
Otro gran problema del desarrollo inmobiliario
El otro gran problema asociado con el desarrollo inmobiliario es la especulación inmobiliaria. En muchas ciudades, los precios de la vivienda han aumentado drásticamente debido a la demanda de inversores que buscan obtener beneficios a corto plazo.
Se tiende a la gentrificación, los precios de la vivienda se elevan y las comunidades locales son desplazadas por personas con más recursos económicos, lo que hace que la vivienda sea inasequible para las personas de bajos ingresos, lo que lleva a una mayor desigualdad social.
El papel del agente inmobiliario, hoy
Con el paso de los siglos, el papel del agente inmobiliario ha evolucionado en paralelo al desarrollo de la sociedad y de la economía, desde los tabularii o tabellarii, hasta los agentes modernos, que echan mano de la tecnología para brindar un amplio abanico de servicios.
El principal reto al que se enfrenta un agente inmobiliario de nuestros días quizás sea ser mucho más que un simple intermediario en el proceso de compraventa de una vivienda.
Las funciones de los agentes inmobiliarios se extienden mucho más allá de la redacción de un contrato:
- Saben leer las tendencias del mercado y aconsejar cuál es el mejor momento y en qué condiciones se debe vender o comprar una vivienda. Están al día de las noticias sobre leyes de vivienda, cambios en la documentación y todo aquello que pueda ser de relevancia para la venta de un inmueble.
- Acumulan un conocimiento muy amplio sobre todos las aspectos que atañen al proceso de compraventa, se convierten en expertos en materia de impuestos, regulaciones urbanísticas, homestaging, y hasta mediación familiar en caso de herencias o divorcios conflictivos.
- Están al día con los últimos avances tecnológicos para ofrecer a su cliente todo aquello que pueda facilitar su decisión de vender o comprar: fotografía 3D, tours virtuales, asesoramiento a distancia, anuncios y mailing inteligente.
Al final, sobre los hombros de un buen agente inmobiliario recae la gran responsabilidad de acompañar logística y emocionalmente a su cliente para que pueda vender su propiedad en el menor tiempo posible, al mayor precio posible, o viceversa, para que su cliente comprador encuentre el piso de su sueños a un precio razonable.
En Remax Urbe II estamos preparados para afrontar todos los retos de nuestro papel, y nos gustaría compartir nuestro método de trabajo contigo. ¿Quieres unirte a nosotros? Ven a visitarnos y te lo contamos.