Liderazgo comercial: eres el jefe, pero, ¿también un líder?

El liderazgo es un concepto amplio que se aplica en todos los aspectos de la vida, desde la familia hasta la política, pasando por los negocios. Las grandes y pequeñas conquistas de la humanidad han requerido siempre de una persona que sea capaz de transmitir su entusiasmo y su visión a un grupo de personas para conseguirlas.

En el ámbito empresarial, el liderazgo es fundamental para el éxito de una organización, ya que un líder efectivo puede inspirar a su equipo a trabajar juntos hacia un objetivo común y superar los desafíos que se presenten, especialmente en momentos de crisis o cuando los resultados tardan en hacerse notar.

La mayoría de las veces, se asume que es el jefe de la empresa u organización el que ejerce ese liderazgo, pero lo cierto es que no son necesariamente términos equivalentes.

En algunas ocasiones, los jefes de las empresas se encuentran en ese puesto por motivos familiares, porque cuentan con los recursos económicos precisos para emprender el negocio o porque alguien los ha considerado adecuados para mandar sobre otros empleados.

Sin embargo, a través de los años hemos sido testigos, especialmente si hemos trabajado en distintas empresas, que los jefes no siempre tienen la capacidad de ejercer un liderazgo efectivo y que se convierten solo en los guardianes del orden y los procedimientos establecidos.

Como imponen su poder de forma jerárquica y no suelen aceptar críticas a su gestión, muchas veces no tienen la flexibilidad suficiente para sortear los retos a los que se enfrenta su negocio.

Eres el jefe, pero, ¿también un líder?

A diferencia del jefe, un líder basa su gestión no en el poder, sino en la autoridad, que son conceptos que a simple vista se parecen pero son diametralmente opuestos en este contexto.

El poder se puede ejercer de forma arbitraria, se puede heredar o imponer por la fuerza, pero la autoridad se gana de forma legítima, por medio de una votación, o bien por el refrendo de la experiencia y el buen hacer en el ámbito laboral.

Como jefe puedes tener una posición de poder en una empresa, pero eso no necesariamente significa que se seas un líder efectivo. Un jefe puede dar órdenes y esperar que su equipo las siga, pero eso no significa que tu equipo te respete o esté dispuesto a trabajar duro para ti, eso hay que ganárselo.

Ser líder es inspirar a tu equipo a trabajar juntos hacia un objetivo común. Ser capaz de motivar a tu equipo a superar los obstáculos y lograr grandes metas. No sólo dar órdenes, sino también escuchar a tu equipo, alentarlo y empoderarlo para tomar decisiones y asumir la responsabilidad de sus acciones.

¿Cómo ser un líder exitoso?

Roma no se hizo en un día y un jefe no nace siendo líder, pero ciertamente hay algunas estrategias que puedes desarrollar para convertirte en esa persona fuerte que tu equipo necesita:

1. Decide cuáles son tus objetivos: si tú no sabes para dónde vas, ¿cómo puedes guiar a otros? Necesitas sentarte y escribir con todo lujo de detalle una hoja de ruta de lo que quieres conseguir, en qué plazos, cuáles son las acciones que consideras necesarias para conseguirlo y valorar después si crees que tus expectativas son realistas. 
2. Lidérate a ti mismo: quieres que los miembros de tu equipo te escuchen y respeten, pero eso no va a suceder sólo porque sí. Dedica tiempo a convertirte en ese líder que tú admiras, nunca dejes de formarte, de volcarte en las necesidades no solo de tu empresa sino en las de tus empleados, por si hay alguien que necesita tu ayuda de forma especial. ¡Sé tu propio líder y gánate el respeto y la admiración de otros!
3. Comunica tu visión: con tu plan bien delimitado, asegúrate de que tu equipo entienda bien las fases y la manera exacta en que quieres verlo implementado. Fechas, procedimientos, estrategias… y dedícale cuantas reuniones creas necesarias –y repítelas de forma periódica–. Consigue que el ambiente sea tan distendido como para que no sientan miedo de hacer preguntas o proponer cambios.
4. Sé flexible y empático: no tienes todas las respuestas, ni vas a tener la razón siempre, pero si eres capaz de mantener una actitud abierta ante las dudas y cuestionamientos de tu equipo, o sus sugerencias para mejorar un procedimiento, tu proyecto será un ente vivo con posibilidades de crecer incluso más de lo que te habías imaginado.
5. Atención a los conflictos que puedan surgir: trabajar con personas significa que tendrás que lidiar con conflictos internos y problemas de comunicación. No te adelantes a emitir un juicio de inmediato, en ocasiones los conflictos se resuelven solos si dejas que las partes se expresen con libertad. En el caso de que tengas que intervenir, mantén una actitud abierta y asertiva que no se enfoque en encontrar culpables, sino soluciones para resolver las diferencias.
6. Ayuda a que otros se conviertan en líderes: ser líder no significa que miembros de tu equipo no puedan ejercer el liderazgo por su cuenta. ¡No están compitiendo contigo! Que cada uno dirija una parte del proyecto y ayude a otros miembros a organizarse y a cumplir los objetivos que les corresponde aporta mucho a tu visión de conjunto y a explorar posibilidades de mejora.

Al final, gestionar un equipo, dejarle desarrollar sus propias capacidades, ser un ejemplo de innovación y creatividad para ellos son cosas que un buen líder debe hacer para conseguir el éxito.

Tras leer Liderazgo comercial: eres el jefe, pero, ¿también un líder?, te invito a que veas la entrevista que le hice a Santiago Torre, mentor, consultor y formador en productividad comercial y liderazgo, además de creador del podcast Liderazgo Comercial. ¡Que la disfrutes!