Un alma emprendedora desprende pasión responsabilidad y liderazgo

Por descabellada que fuera, siempre ha habido personas dispuestas a invertir sus recursos y tiempo en conseguir llevar a buen puerto su idea, y si no, ¡que le pregunten a Colón! Un alma emprendedora desprende pasión responsabilidad y liderazgo.

En este mundo cada vez más globalizado e interconectado, solo hace falta echar un vistazo a Internet para encontrar el producto o servicio que responda a la necesidad que tengas en un determinado momento.

Detrás de esas ofertas, está un emprendedor o emprendedora que detectó una carencia y fue capaz de ofrecer una solución eficaz para resolverla, por lo que es posible que nunca haya habido mejor momento para emprender que el que vivimos actualmente.

España cuenta con programas de apoyo para emprendedores por parte de distintas instituciones privadas o gubernamentales, microcréditos con condiciones especiales, formación específica para desarrollar distintas habilidades… además de tener la posibilidad de vender tu idea y conseguir clientes en redes sociales casi de forma gratuita.

Entonces, ¿por qué son tan pocas las almas emprendedoras?

Lo primero que hay que entender es que emprender no es para todo el mundo. Hay una mayoría de personas que prefieren la seguridad de un sueldo a fin de mes y la regularidad de unos horarios, y eso está muy bien… para ellas.

No todos tenemos las mismas necesidades ni inquietudes, además de que dentro de tu emprendimiento, también NECESITAS trabajadores que quieran ayudarte a conseguir tus objetivos, cumpliendo con su labor como empleados regulares.

Emprender implica un riesgo de descalabro económico importante que no muchas personas están dispuestas a asumir, por muy buenas que sean las ideas que se les ocurran.

Todos conocemos al primo, vecino o amigo entusiasta que inició un proyecto con mucha ilusión pero no pudo continuarlo porque los beneficios no fueron los esperados… como desafortunadamente suele suceder con la mayoría de los nuevos negocios.

Sin embargo, existe un pequeño porcentaje de almas inconformes que no pueden estar quietas en una silla de 9:00 a 18:00, y que tienen un interés genuino por explorar nuevas formas de generar ingresos resolviendo las necesidades de otros, a pesar de las dificultades y riesgos.

Cualquiera puede formarse como empresario; pero ser emprendedor es algo que no se aprende, sino que viene de serie y sólo hay que aprender a pulir porque un alma emprendedora desprende pasión, responsabilidad y liderazgo.

Radiografía de un alma emprendedora exitosa

Quizás el rasgo que más defina a un alma emprendedora, incluso cuando todavía no ha llevado a cabo ningún proyecto, es su incapacidad para encajar en el corsé de un modelo económico que limita su tiempo y los ingresos que pueda generar.

Esto se traduce en una inquietud constante que la empuja a aventurarse una y otra vez en negocios donde sienta que sí puede tener el control sobre lo que hace, cómo lo hace y sobre todo, cuánto gana.

Es apasionada por naturaleza no solo en lo que concierne a su negocio, sino en todos los aspectos de su vida, porque de esa pasión viene la motivación que la ayuda a afrontar las dificultades diarias.

Es sociable y alegre, ¡y debe serlo! si su negocio depende de su trato con las personas. Aunque el ser humano es imperfecto y con debilidades, esforzarte en mostrar tu mejor cara y ayudar a tus clientes es imprescindible para que tengan la confianza de acercarse, sabiendo que serán bien atendidos.

También es vital que se conozca a sí misma y haya aprendido a identificar cuál es su válvula de escape para que los días grises, –que siempre llegan–, no arruinen el resto de la semana o del mes.

Leer, meditar, correr, participar en alguna actividad recreativa… cualquier actividad que ayude a relajarse y recargarse de energía para poder volver a la actividad con una mente más despejada.

Un alma emprendedora se responsabiliza de sus decisiones

Desde que inicia el día hasta que se va a la cama, su jornada estará llena de preguntas por resolver y acciones por llevar a cabo.

A veces acertará y otras se equivocará, pero siempre asumirá las consecuencias que puedan venir. Reconocerá sus errores y se perdonará por ello. Celebrará sus victorias y éstas le ayudarán a apuntalar su autoestima.

Para poder triunfar de verdad, no solo no tendrá miedo al fracaso sino que además, cuando llegue, sabrá utilizar esa experiencia para mejorar su forma de hacer negocios y volver a emprender con más garantías y ánimos renovados.

Solo así podrá demostrar de qué está hecho y consolidará su liderazgo, que hará que quieres le rodean la admiren y se pregunten cómo pueden llegar a ser como ella.

7 consejos para un alma emprendedora… que aún no ha emprendido

Emprendedor o emprendedora ya eres, y aunque aún estés por llevar a cabo tu primer negocio, debes tener en cuenta algunos puntos que te hagan más fácil dar ese primer paso:

  1. Ten siempre la mente y el corazón abiertos para escuchar a tus posibles clientes y para explorar tu mercado. Solo escuchándolos activamente podrás conectar de verdad con sus necesidades para poder resolverlas.
  2. Trae el futuro al presente. Visualiza lo que está por venir, adelántate a los hechos, imagina que lo que deseas es una realidad para que con esa certeza puedas hacer lo que sea necesario para conseguirlo.
  3. Análisis es parálisis. Las buenas ideas necesitan su tiempo de maduración, pero si llevas años dándole vueltas a algo y no terminas de decidirte, plantéate ya implementar los primeros tres pasos para conseguirlo aunque no tengas todo el plan perfectamente delineado.
  4. No te lances al mar sin salvavidas. Necesitas un colchón económico, por ejemplo que pueda cubrir los primeros 6 meses de tus gastos para que le des la oportunidad a tu negocio de prosperar y evitar que las circunstancias te obliguen a dejarlo justo cuando empiece a dar frutos.
  5. Aprende a filtrar las críticas y los consejos de la gente, que bienintencionada o no, proyecta en ti sus miedos y te pinta escenarios catastróficos de fracaso. Acércate a quienes creen en ti y en tu negocio y te pueden ayudar a crecer.
  6. Muestra tu esencia única. Sea ésta la especialización en un área concreta, tus horarios o la forma de relacionarte con tus clientes. Dales una razón válida para elegirte a ti entre muchos otros profesionales.
  7. Encuentra tu para qué. Tu familia, tu satisfacción personal, tus ganas de ayudar a otros… Recuerda siempre para qué estás haciendo todo lo que haces, es la mejor motivación que puedes tener para nunca dejarte vencer por las dificultades.

Y tú, ¿tienes alma emprendedora que desprende pasión, responsabilidad y liderazgo? Si quieres saber más sobre cómo emprender exitosamente, puedes ver la entrevista que le hice a Avil Maryl, director regional de Remax Perú.

 

¿Eres un alma emprendedora y interesa unirte a mi equipo?

Estaré encantada de conocer tus inquietudes como agente inmobiliario.

QUIERO PONERME EN CONTACTO CONTIGO, ROCÍO.

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